Puerta de Carmona

Se trata de una de las puertas más enigmáticas y menos estudiada del recinto amurallado. Por ella se accedía directamente al recinto, al tiempo que se llegaba al alcázar, conectando la alcazaba con el campo. Su función debió ser la de puerta de la traición o puerta de escape que comunicaba directamente con el exterior.

Estaba flanqueada y defendida por una potente torre poligonal, situada a la derecha, en contra de la práctica vitruviana, lo que nos afianza su carácter islámico. Era conocida como Torre del Oro porque el material con el que estaba construído brillaba con la luz. El uso de torres poligonales se impone a partir del siglo XII en las fortificaciones hispanomusulmanas, siempre en relación con la mejor defensa de los lugares teóricamente débiles de las cercas almohades. Esta torre, también sirvió de protección a la puerta de acceso, defendiendo la conexión de la cerca general con la alcazaba.

Se ubicaba en un punto estratégico, algo escarpado, y desde donde se tenía controlada toda la vega de Carmona. Por su costado posterior salían dos lienzos de muralla, uno en dirección noreste y otro en dirección sur. Ambos presentan un doble muro interno, compartido que hace ángulo con la parte posterior de la torre poligonal. Está realizado en tapial y aún se conserva en la actualidad, gracias a que las construcciones privadas que tenía adosadas fueron eliminadas en el último cuarto del siglo XX.

Presenta un arco de entrada que debió de ser de herradura, a juzgar por las nacelas o cimacios que se conservan. La imagen que nos ha quedado del mismo está muy desvirtuada debido a las diversas reformas posteriores que no han tenido en cuenta los restos de dovelas originales. Su cronología debe ser bastante primitiva, tanto por su estructura como por el uso de los materiales de acarreo de su construcción. Hablamos por lo tanto, de una de las partes más antiguas de la fortaleza.

Esta puerta sufrió grandes reformas como el vano de ladrillo formado por arco de medio punto, que se encuentra junto al primitivo arco de herradura. Una vez que las murallas perdieron la función militar y defensiva de la villa, fue necesario un vano de mayores dimensiones, para dar salida al tráfico desde el ya palacio de los Duques de Arcos a Carmona. Posiblemente fue realizado en el periodo de reformas, que tuvo la muralla durante la fase castellana, de los siglos XVI-XVIII.

Su funcionalidad debió quedar comprometida al abrirse un acceso más directo y cómodo al final de la calle Zurbarán (Puerta del Berral). La Puerta de Carmona fue conocida desde principios del siglo XX como Puerta del Picadero.