Estado actual

Ha sido continuado el deterioro sufrido en esta parte de la Muralla de Marchena, siendo el más llamativo el ocurrido en julio de 2014, donde se derrumbo un trozo de la barbacana denominado lienzo 2.

En junio de 2015 se produjo una actuación de urgencia motivada por el peligro existente en la zona, originado por desprendimientos continuados de parte de sus lienzos, poniendo en riesgo la integridad física de viandantes y vehículos, debido a que por su perímetro trascurre la carretera Carmona A-380 .

La muralla está constituida en su mayor parte por obra de tapial, con inclusiones puntuales de ladrillo y mampostería, con el objeto de reforzar zonas debilitadas o rehacer partes demolidas. En general presenta un estado de conservación muy malo, y en su mayor parte la existencia de edificaciones antiguas adosadas a la muralla en pésimo estado de conservación, derrumbadas en algunos casos sobre ella, la proliferación de vegetación y las intervenciones puntuales de consolidación, no permiten la observación directa de la totalidad de los restos originales. No obstante se ha previsto la actuación arqueológica y de restauración de una zona, que ya se ha limpiado de edificaciones marginales, en el entorno del Portillo.

El estado de conservación de esta zona del recinto amurallado es pésimo, al encontrarse colindante a una de las zonas más altas de la ciudad y verse delimitado por esta y por la carretera comarcal CC-339.

La muralla como ya se ha mencionado se conforma mediante tapias, que es un material muy utilizado en este tipo de obras por su facilidad y economía, pero que precisa para su restauración unos conocimientos amplios de las técnicas constructivas históricas.

La tapia es un tipo de construcción basado en la fabricación “in situ” de módulos, usado hasta hace pocos años en nuestro país. La tapia se fabrica colocando un encofrado llamado tapial, formando un cajón en el que verteremos en su interior tierra cruda y generalmente cal, apisonándolas por tongadas. Una vez terminado el cajón se puede desmontar el tapial casi inmediatamente para colocarlo, primero a continuación hasta completar la hilada, después encima hasta alcanzar la altura propuesta.

La tierra utilizada para la fabricación de la tapia, es generalmente, la que se encuentra de forma abundante en la zona más cercana al lugar donde se va a poner la tapia, y es gracias a esta tierra, que la obra de tapial adquiere su fusión con el entorno. Según su composición, puede ser más o menos adecuada como material constitutivo, por los que en algunos casos precisaran de aditivos que las hagan más idóneas como arcillas, áridos más finos o más gruesos, fibras vegetales, etc.

El encofrado suele estar formado por tablas ensambladas, su forma es generalmente plana aunque también se han utilizado para la construcción de torreones, los de forma curva. Las medidas vienen dadas por unas razones practicas para la ejecución de las obras, en estructuras defensivas medievales una tapia formará el pretil de un paso de ronda o el antepecho bajo una saetera, la cual alcanzará las dos tapias de altura, otra tapia nos dará el merlón, tres tapias serán la altura normal de la cámara bajo las terrazas de las torres de las murallas, etc. En los lienzos de murallas que nos ocupan, las dimensiones aproximadas de los cajones son: 0.86 metros de altura y 0.75 metros de anchura, siendo los de la zona del Portillo de dimensiones ligeramente inferiores.

Para la confección de las obras de tapia también son necesarios otros elementos como las agujas y costeros, que son elementos lineales de madera que cruzan el muro y que sirven para apoyar las siguientes hiladas, estás agujas dan lugar a los agujeros o mechinales característicos de las mismas y los codales que nos van marcando el espesor de la tapia en cada hilada.

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